miércoles, 12 de mayo de 2010

Complejo Arqueológico de Qenko

Se presume que Qenko fue un importante santuario del Imperio Inca (siglo XV – XVI, Cusco). No se conoce el nombre original de este pequeño complejo, en la conquista se le dio el de Q'inqu, palabra del Quechua que significa "laberinto", por las galerías subterráneas en forma de laberinto y por los pequeños canales labrados en las rocas en forma de zigzag. Se encuentra ubicado sobre lo que hoy se conoce como el cerro Socorro y abarca un área que de un poco más de 3,500 metros cuadrados. Qenko está integrado por dos lugares: el Grande, que se encuentra al pie del camino que va desde Sacsayhuamán hasta Písac; y el Chico, situado sobre la ladera a 350 metros al oeste del anterior. Ambos son lugares de culto cuya naturaleza aún no se ha podido descifrar, pero en los que destaca la predilección de los incas por la piedra y el cuidado que tuvieron en su tallado.

Qenko Grande es un complejo formado por un anfiteatro que rodea un gran bloque de piedra labrada, y por un promontorio rocoso con un pequeño canal que conduce a una sala subterránea tallada en la roca viva.



El anfiteatro está formado por una pared de curva suave de cerca de 50 metros de largo que muestra 19 grandes nichos (hornacinas). El foco central del anfiteatro es un gran bloque de 6 metros de altura, que descansa sobre un sólido pedestal rectangular, y cuya forma original se desconoce, probablemente fue destruido por los empeñosos frailes coloniales perseguidores de idolatrías.

Delante del bloque, y sobre la roca viva allanada y pulida, sobresalen dos cilindros de corta altura. Es probable que haya sido un intihuatana, "lugar donde se amarra al sol" se presume que era una especie de observatorio astronómico utilizado para medir el tiempo, establecer las estaciones y determinar los equinoccios, así mismo se le atribuye la función de adoratorio al cual se rendía culto al Sol, a la Luna, a Venus y a las estrellas. No se sabe aún de qué modo funcionaba este artefacto.

Así mismo detrás del gran bloque se levanta un promontorio rocoso en el que una escalera labrada en la roca conduce a la cumbre donde se divisan restos tallados de lo que pudo ser un cóndor cuya cabeza fue rota; así como de un puma. También pueden advertirse restos de una habitación. Allí, en la misma cumbre, nace un pequeño canal en zigzag que, a partir de un hoyo menor, desciende para luego bifurcarse en una rama que sigue la pendiente hasta llegar a una cámara subterránea al interior del roquedal. Pudo conducir la chicha votiva y la sangre de los sacrificios de algún ritual aún no esclarecido.



En la cámara subterránea destaca su labrado en la roca, es toda una proeza. Pisos, techos, paredes, mesas y nichos, fueron cuidadosamente tallados en la roca viva. Sin duda, fue un lugar de culto para ritos secretos y escondidos. Los constructores del lugar completaron su composición con habitaciones de servicio en el perímetro. Posee además andenes y canales para la evacuación del agua de lluvia.

A 500 metros al este de Qenko Grande se encuentra Cusilluchayoc en quechua significa “templo o lugar que tiene monos”. Posee una piedra tallada de casi dos metros de alto en la que algunos creen ver la forma de un sapo. En esa roca todavía son visibles relieves de serpientes y de monos que pudieron haber dado nombre al lugar.

En cuanto al Qenko Chico, está bastante más destruido que Qenko Grande, aun así muestra restos de muros altos, planeamiento circular y el mismo labrado cuidadoso de la roca.

Este complejo nos envuelve en misteriosas incógnitas, pues en toda su construcción podemos ver mensajes de su posible significado de lugar mágico-religioso. Qenko se ubica sobre los 3.600 msnm., y a 4 km.(15 minutos en auto) de la plaza de armas del Cusco, muy cerca de las ruinas de Saqsayhuaman.

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