miércoles, 12 de mayo de 2010

Valle Sagrado de los Incas

Seis de la mañana en la pequeña localidad de Yucay. El sol apenas comienza a calentar la tierra mientras las chimeneas lanzan al aire del valle sus esbeltas columnas de humo blanco, señal de que las gentes comienzan un nuevo día en el valle. De las casas emana el aroma del pan recién horneado y se confunde con el dulce olor de los capulíes. Huele a paz. La faena apenas comienza en los campos, rebosantes de maíz tierno. Pronto, el sol levantará su reino en el medio del cielo y habrá que acogerse bajo la sabia sombra de un frondoso pisonay. La vida sigue invariable, como en el principio. Estamos en el Valle Sagrado de los Incas.



Entre los pueblos de Písac y Ollantaytambo, siguiendo el curso del río Vilcanota, se extiende el llamado Valle Sagrado de los Incas. Fue aquí donde, hace unos 800 años, floreció el Tahuantinsuyo. Debido a su extraordinaria fertilidad, estas tierras se convirtieron en la despensa de Cusco y también en la sede de importantes centros ceremoniales y administrativos. A lo largo y ancho de sus montañas y colinas, bajo el amparo de sus montañas nevadas o Apus tutelares, los antiguos pobladores del valle dejaron evidencias de sus avanzados conocimientos de ingeniería hidráulica y experimentación agrícola: canales, complejos sistemas de terrazas o andenes e intrincadas redes de irrigación, gran parte de los cuales son usados incluso hoy por los pobladores de la región.



Un recorrido por los pueblos del valle es casi una obligación para todo aquel que viste el Cusco. El periplo suele iniciarse en Písac, que se divide en Písac Pueblo Viejo y Písac Pueblo Moderno, siendo el primero donde se ubican todas las evidencias arqueológicas incaicas; mientras que el otro, son construcciones hispánicas, donde resaltan la iglesia colonial, la plaza de armas, el mercado dominical y la panadería con el horno artesanal más antiguo de América. Es puerta de entrada al valle y famoso por su feria dominical que congrega gentes de toda la región para el intercambio de productos (incluido el trueque). El visitante podrá encontrar toda una serie de productos confeccionados finamente por los lugareños. Los domingos se celebra una misa oficiada en quechua con la asistencia de las autoridades locales vestidos en trajes típicos.



Muy cerca se encuentra Urubamba, llamado “la perla del Vilcanota”, por la impresionante belleza de su campiña. Fue un centro agrícola de suma importancia durante la época incaica, hallándose grandes andenes y muros prehispánicos que conviven en mestizaje perfecto con la naturaleza. El valle de Urubamba es uno de los principales del país, con un clima excepcional, donde se cultiva la mejor variedad de maíz y toda clase de frutas selecta. En Maras, se encuentra el Complejo Arqueológico de Moray, algunos creen que este lugar fue un centro de experimento agrícola, ya que los andenes tienen diferentes temperaturas uno de otro. Una de las peculiaridades de Maras, son sus salinas y sus numerosas Portadas Coloniales, los cuales presentan entre otras figuras, escudos nobiliarios y motivos florales. Así mismo en la localidad de Huayllabamba, encontramos la Reserva Natural de Yanacocha, cuenta con 2 lagunas (Yanaqocha y Qelloqocha), rodeadas de abundante vegetación, el cual las convierte en un hermoso paisaje, que compensará el esfuerzo que le tomará llegar hacia el lugar.



El poblado de Chinchero se ubica en la parte alta del valle rodeado de algunos de los más bellos paisajes agrícolas del Perú, y es conocido como el Granero del Cusco. Ubicado a la orilla de cálidas lagunas y resguardada por la majestuosidad de sus imponentes nevados, Chincheros posee un excelente patrimonio cultural y monumental, en la actualidad es uno de los pocos poblados que posee de forma intacta el trazo urbano Inca y que siguen con el sistema de organización del Tahuantinsuyo, donde nombran de forma directa a su máxima autoridad, el Varayoc. Al igual que Pisac, en los mercados conservan el tradicional trueque, que consiste conseguir productos de consumo a cambio de otro, sin la intervención del dinero. Son famosas sus ferias dominicales, consideradas una verdadera fiesta de color, donde el visitante podrá encontrar toda una serie de confecciones textil y productos artesanales realizados finamente por los lugareños. El pueblo cuenta con un sistema de drenaje con alto nivel de perfección en los trazados, así como en la pendiente de sus canales, lo que da cuenta de los elevados conocimientos de los arquitectos y urbanistas a los que Túpac Yupanqui confió la obra. En su Plaza de Armas encontramos un enorme muro inca, decorado con diez nichos trapezoidales en perfecto estado de conservación, así como el Templo, que se erige sobre las ruinas Incas del palacio de Túpac Yupanqui, el Templo cuenta con hermosos murales que mandó pintar el Inca Pumacahua, donde entre otros destaca la derrota de Túpac Amaru.

Cierra el recorrido Ollantaytambo, el último pueblo de valle y quizás el que mejor conserva su apariencia incaica original, donde el diseño del complejo arqueológico se confunde con el actual pueblo. Allí, los Incas construyeron un importante centro militar, religioso y agrícola. En lo alto del cerro que domina el pueblo está su gran fortaleza, construida con muros de piedra labrada y rodeada de terrazas de una belleza indescriptible. Ollantaytambo puede ser calificado como un pueblo inca viviente, pues aun los pobladores siguen usando las edificaciones incaicas. Visitar el valle Sagrado de los Incas permite conocer a fondo un modo de vida único, donde la armonía entre sus pobladores y su entorno es un ejemplo para el hombre. Un lugar provisto del encanto de a una historia milenaria ligada como pocas con un paisaje sobrecogedor, donde varios de sus poblados, abren sus puertas al peregrino a fin de compartir su vida cotidiana a través del turismo vivencial o rural.

1 comentario :

  1. Como bien dices, para empezar a conocer el Valle Sagrado necesitas ¡¡madrugar!!! Yo hice eso la primera vez que fui a Cusco, pero en esta última debido a que me hospedé en el mismo valle, no tuve la necesidad. Y es que debido a la ubicación del Tambo del Inka, a Luxury Collection Resort & Spa participé de una experiencia maravillosa en cada uno de los pueblos y centros arqueológicos que se encuentran en el valle. Además, la atención fue realmente personalizada y las instalaciones de primer nivel debido a que es un cinco estrellas. Te dejo el link de su página por si te interesa: http://www.libertador.com.pe/es/2/1/8/hotel-valle-sagrado

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